miércoles, 29 de abril de 2009

"Conclusiones del Foro de Bioética, Ética, Mediambiente y Ciudadanía" organizado por la mesa Óscar Romero

El P. Marco Arana presentó el video “El agua es Vida" y sobre la realidad de la intervención minera en Cajamarca que produce un grave deterioro de las condiciones de vida de la población en general y especialmente del campesinado. Nos llevó a la reflexión cómo una intervención minera irresponsable afecta la vida de un pueblo con graves consecuencias para el futuro.Y quizás hoy nos convoca una vez mas, fecha en que celebramos el “día de la tierra” de asumir nuestro compromiso de cuidar nuestro planeta, hogar común de todos, y no dejar esta responsabilidad únicamente al pueblo de Cajamarca, sino nos exige reconocer que el deterioro del medio ambiente es un problema de todos.

Celia Tovar, con el tema “Ética y ciudadanía”, nos habló sobre el sentido y exigencia de ser ciudadanos plenos y responsables de la construcción de una sociedad saludable y armónica. Ser ciudadanos, implica ser parte de una comunidad organizada que se compromete con ella, reconociendo que todos tenemos los mismos derechos y deberes. No podemos aceptar que algunos solo deben cumplir obligaciones y otros se apropien de los derechos. Nos exige una participación activa y responsable para que esta igualdad sea respetada por todos y todas.

Para ello nos recalcó dos criterios éticos fundamentales que deben guiar nuestra participación, ya que todo lo humano tiene una dimensión ética. Dimensión ética de nuestra vida que nos invita personal- y comunitariamente a una reflexión crítica de analizar que va en contra de nuestra dignidad.

Reconocemos la dignidad de la persona como el criterio ético básico a cuya luz se debe analizar todas las acciones humanas. Y este primer criterio esta íntimamente unido al segundo que se base en la justicia, como valor principal en la vida social. Entendiendo la justicia no solo como un acto aislado, sino insertada en las estructuras mismas de la convivencia humana.

Para ello nos planteó como desafíos:
  • Desarrollo humano integral y sostenible, entendiéndolo no únicamente como crecimiento económico, sino como el desarrollo de todas las potencialidades de cada ser humano y este debe ser asegurado también para las futuras generaciones.
  • No aceptar la corrupción generalizada como una realidad, ´por tal que se haga obras´, sino nos exige una vigilancia ciudadana frente a la gestión pública para que ésta sea transparente y dirigida al respeto de toda vida, humana de nuestro hogar común, la tierra.
  • Asegurar que el manejo del poder se haga con sentido crítico dirigido siempre al bien común de todos.
P.Christian de Paul de Barchinfontaine, religioso Camilo del Brasil, aportó desde una mirada de “Bioética y ciudadanía” profundizar los temas anteriores. En primer lugar nos hizo una diferenciación entre los conceptos de moral., ética y bioética.Moral parte de los valores consagrados por los usos y costumbres de una sociedad y que son elegidos y asumidos libremente por los diferentes individuos de ella. Es decir los valores existentes en una sociedad son acogidos por las personas, van desde afuera hacia adentro.


Ética es un juicio de valores que parte de la reflexión crítica de cada uno y se evidencia en los actos y la práctica de nuestra vida. La dignidad humana es el eje central de la reflexión pero aplicada a la realidad concreta de la vida, en este caso parte de lo interior y se expresa hacia fuera.

Bioética es una ciencia que se basa en ética en la vida, empezó a desarrollarse desde la década de 1970 y refleja la preocupación por el futuro. R. Potter, quien usó por primera vez este término “bioética”, plantea que la reflexión bioética es el puente hacia el futuro, su preocupación parte de la necesidad que la ética debe ser el eje para definir las decisiones sobre la vida, la salud, y el medio ambiente y no dejarlas a la posibilidad del avance científico y tecnológico.

La ciudadanía es el control social de la gestión pública y la bioética sirve como instrumento para analizar la convivencia cotidiana, donde el bien común debe ser el eje central para evaluar si se cumple con la promoción del desarrollo y la satisfacción de las necesidades básicas de todos, especialmente los mas vulnerables en nuestra sociedad. La finalidad de los ciudadanos o la sociedad civil es vigilar y controlar que el estado cumple con la obligación de asegurar las necesidades básicas de todos/todas.

Resaltó que para ello nosotros como miembros de la Iglesia tenemos la invitación de asumir compromisos concretos:
  • Con la dignidad humana y vida de todos

  • Vivir y testimoniar la alegría que nace de nuestra fe en el Resucitado
  • En nuestras comunidades cristianas preparar políticos con valores que aseguren que la política sirva al bien común y no a intereses ajenos a la vida y dignidad de todos.

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